En nuestra imprenta, desde su fundación allá por el verano de 1975, siempre ha habido un espacio para poder tener montada una instalación en forma de maqueta para trenes eléctricos. Desde muy pequeño fué mi inquietud de juego, mi padre era ferroviario de Renfe y he llevado siempre la afición por los trenes en la sangre.
Como en la casa era difícil de tener por el sitio, ha sido el taller la que tuvo que acogerlo. Lógicamente en el transcurso del tiempo ha pasado por algunas transformaciones.
Aquí está junto con todos los diferentes elementos y máquinas que complementan la imprenta.
A veces los pongo a circular por las pequeñas vías o sigo con la decoración que se me hace interminable.
También un grupo de amigos formamos una asociación aquí en la población, donde tenemos otras instalaciones de diferentes escalas.
Es un bonito hobby.